Fidel Jaramillo: en términos de pobreza vamos a retroceder 12 años

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La pérdida de unos 750 mil empleos, el aumento de la pobreza, la fragilidad de la clase media y el impacto de la deflación son los retos que Ecuador debe enfrentar tras la pandemia de Covid-19.

En entrevista con PRIMICIAS, el decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de las Américas (UDLA), Fidel Jaramillo, advierte sobre el peligro de una recesión económica debido a la baja cercana al 10% que sufrirá la economía ecuatoriana por la crisis agravada por la emergencia sanitaria.

¿Cuál será el impacto de esta pandemia, en términos de desempeño económico para Ecuador?

La pandemia más la caída de las principales exportaciones de Ecuador y la reducción de la demanda interna provocarán un decrecimiento de casi el 10% en el PIB en 2020.

Esto tiene efectos en todos los sectores de la economía, especialmente en aquellos que son intensivos en procesos que requieren de interacción humana o de concentraciones de personas, como el turismo y los bares y restaurantes.

También se verán golpeados los sectores que se encargan de atender la demanda internacional. La caída del PIB afectará, sin duda, los ingresos de los trabajadores. Habrá una reducción de entre 500.000 y 750.000 puestos de trabajo entre adecuados e inadecuados este año.

Y esto último ya se evidencia en la reducción de las afiliaciones a la Seguridad Social. Hay más de 200.000 desafiliaciones hasta el momento.

Por otro lado, algunos trabajadores conservarán su empleo, pero con un menor salario, y existe el riesgo de que se acerquen a la línea de la pobreza.

¿Qué pasará con la pobreza?

La pobreza en Ecuador ya alcanzaba el 25% de la población y, desafortunadamente, con el shock de desempleo y la caída de los ingresos, la pobreza aumentará 10 puntos porcentuales, para alcanzar el 35% hasta finales de 2020.

El número de personas viviendo en la pobreza pasaría de 4,3 millones a 6,1 millones y eso nos devuelve a los niveles en los que estábamos hace 12 años, lo que significa un retroceso de más de una década.

También habrá una reducción del tamaño de la clase media, muchas personas pasarán a engrosar la llamada “clase vulnerable”, que está compuesta por familias (de cinco integrantes) que tienen un ingreso total mensual de entre USD 675 y USD 1.500.

¿Cómo ha evolucionado la renta per cápita de los ecuatorianos desde el inicio de la dolarización y cómo cambiará tras la crisis?

Entre 2003 y 2018 vimos un incremento de la renta per cápita en todos los niveles de la población.

Es decir, en promedio hemos crecido entre 5 % y 6% en cuanto al PIB per cápita. Eso es bastante significativo. Si lo vemos por periodos, entre 2003 y 2007, el promedio de crecimiento de la renta fue del 5,1%, mientras que entre 2008 y 2013 el crecimiento fue de 5,6%. Y entre 2013 y 2018 fue de 5,8%.

Pero ese crecimiento fue posible, desde 2008, gracias al auge de los precios internacionales del petróleo y al endeudamiento.

En este periodo crecieron los ingresos de la población más pobre pero lo hicieron de manera artificial porque ese avance estaba basado en transferencias y en un gasto público, lo que a la postre era insostenible. Durante la emergencia hay una caída significativa del ingreso per cápita de 10% o más. La población más pobre es la más afectada.

¿Nos enfrentamos a una deflación?

Ecuador, con el sistema de dolarización, no puede devaluar para ganar competitividad, como lo han hecho Colombia y Perú, que han devaluado en un 20% y 30% sus monedas para vender sus productos a menores precios en el mercado internacional, un mecanismo que les permite subir sus exportaciones.

Nosotros tenemos un rezago de aproximadamente 30% en el tipo de cambio real.

Entonces, como no podemos devaluar, para volvernos competitivos debemos mover los precios internos, es decir, la válvula de escape es una deflación. Lo que se anticipa es que vamos a ver una inflación negativa, lo que significa que los precios empiezan a bajar.

¿Qué bajen los precios es bueno para los ecuatorianos?

Alguien podría decir que puede comprar más porque las cosas están más baratas, pero los precios bajan porque la gente se está quedando sin ingresos.

Es un síntoma de una recesión y de un crecimiento del desempleo y estos factores tienen consecuencias sobre la capacidad de pago de deudas por parte de las empresas. Las empresas resultan afectadas en una recesión porque hay una caída de la demanda, pues las personas tienen menos dinero para comprar, y después viene una caída en los ingresos del sector productivo porque el precio de sus productos también cae.

En un escenario así, es clave que las empresas cuiden de su liquidez y su capacidad de pago. Otro impacto negativo es que con una deflación el valor de la garantía colateral también baja.

Por ejemplo, si un ciudadano tiene una deuda hipotecaria, pero el valor de la casa empieza a bajar, después de un tiempo la persona ya no podría pagar la hipoteca.

En casos extremos el valor de la casa llega a ser tan bajo que ya no sirve ni para pagar la deuda porque, ha caído tanto el precio, que algunos propietarios prefieren que el banco se lleve la casa o cualquier otro bien.

¿Qué salidas tenemos frente a ese escenario?

Tenemos dos salidas: un apoyo de financiamiento externo muy importante, puede ser por parte de los organismos multilaterales o como efecto de la renegociación de la deuda con los tenedores de bonos y una posible llegada de fondos de depósitos de ecuatorianos en el exterior, que están trayendo sus recursos al país.

Y la otra salida es una gran cruzada nacional para mejorar la productividad, es decir, producir bienes de manera más eficiente.

Tenemos que ser más baratos no porque ahorramos en pago de salarios sino porque somos más productivos. Esta es la clave para salir de la crisis.

¿Todos los precios de los bienes y servicios caerán?

No todos los precios de los bienes caerán de manera similar. Hay precios de productos que no bajarán demasiado porque su producción depende de bienes importados (materia prima, maquinaria). Pero los bienes no transables, como los servicios, como un corte de cabello, bajarán porque deben ajustarse a la reducción de la demanda.

¿Qué pasará con el precio del petróleo, que es clave para el país?

Los precios internacionales de los commodities (bienes primarios) han caído de manera general en esta crisis, a excepción del oro y la plata y otros metales. Pero el resto de commodities, como el petróleo y los alimentos, han sufrido una baja de precio.

Pese a eso, ya vemos una mejora en el precio de petróleo crudo, estimo que subirá hasta finales de 2020 y se consolidará en 2021 para ubicarse en la franja de entre USD 40 y USD 60 por barril durante ese periodo. ¿Cuáles son los retos y riesgos políticos de la crisis? Estando en un proceso de transición política, tenemos el riesgo salir a buscar una opción ‘salvadora’ o de ser atraídos por propuestas políticas demagógicas y populistas que empeorarían la situación económica del país. Volumen 90% También le puede interesar:

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